Estrés, ¿héroe o villano?

Psicología

Estrés, ¿héroe o villano?

  • La jefa del trabajo nuevo de Pedro le exige todos los días un gran volumen de trabajo y él no duda en afirmar ansioso: mi jefa me estresa mucho.  
  • Esta mañana una señora que estaba cruzando la calle con el semáforo en rojo fue atropellada. Enrique, que se encontraba cerca, acudió al lugar del accidente y rápidamente llamó a emergencias. Relata lo sucedido como una experiencia estresante.  
  • María se ha hecho numerosas pruebas médicas porque le dolía mucho el estómago, pero sigue sin saber la causa de ese malestar; el médico concluye que está estresada.  
Es probable que nos hayamos sentido identificados con alguna de estas situaciones o hayamos visto reflejado a algún conocido ya que el estrés está muy presente en nuestro día a día. Sin embargo, a pesar de que es muy fácil de vivenciar, el estrés es un concepto difícil de definir.  ¿Qué es el estrés?  Es la respuesta fisiológica, psicológica y conductual que tienen las personas ante las situaciones nuevas. De hecho, el estrés constituye una parte esencial y necesaria de nuestras vidas pues permite adaptarnos a los cambios que suceden constantemente. De esta manera, Enrique se ha encontrado con la situación del atropello de una mujer y se le ha activado la respuesta de estrés para adaptarse a ella.   Algo para tener en cuenta es que el estrés no es objetivo, sino que depende mucho de cada persona. Ante la misma situación potencialmente estresante una persona puede estresarse con más intensidad que otra. Si Pedro tuviese otras características o recursos personales y el volumen de trabajo no le superase, la interpretación que haría de la situación sería diferente y la respuesta de estrés sería menor. Por lo tanto, no son solo las exigencias de la nueva jefa lo que está estresando a Pedro, sino la interpretación que su cerebro hace con relación a sí mismo y sus exigencias.  Cuando finalmente interpretamos una situación como estresante se produce una serie de cambios físicos inmediatos (aumento de la frecuencia cardiaca, de la tensión arterial, de la circulación sanguínea, etc.) y también cambios mentales (por ejemplo, se mejorarán la atención o la memoria) que tienen el objetivo de protegernos.    ¿El héroe que nos protege ...?    La respuesta de estrés siempre busca protegernos ya sea movilizándonos hacia conductas de ataque, de huida o paralizándonos. Si ante un posible atropello nuestro cerebro calcula que podemos esquivar el coche se pondrán en marcha conductas de ataque; si calcula que el coche nos va a matar, huiremos hacia la acera; y si considera que es mejor estar quieto porque hay más posibilidades de sobrevivir, nos congelaremos. Por lo tanto, cualquiera de estos cambios inmediatos puede salvarnos ante situaciones peligrosas que amenazan nuestra supervivencia inmediata.   Otras veces la respuesta de estrés también nos protege activándose ante situaciones que no son de vida o muerte, pero que sí suelen interpretarse como altamente estresantes ya que pueden llegar a constituir una amenaza vital o social para las personas. Casarse, hacer un examen, hablar en público, ir a tu primer día de colegio o estar en un atasco son ejemplos de este tipo de situaciones.  Esto ocurre porque nuestro estilo de vida ha evolucionado mucho desde la prehistoria, pero los mecanismos que nuestro organismo utiliza para enfrentarse a los peligros apenas lo han hecho. De hecho, cuando tenemos pensamientos estresantes en la cola del supermercado, se activan los mismos mecanismos que lo hacían cuando estábamos cazando mamuts para sobrevivir.  ¿?O el villano que nos ataca?  En relación con este desajuste, hay que tener en cuenta que el estrés puede desbordarse y fracasar en su objetivo de protegernos a largo plazo, alejándonos así de nuestras propias metas. Esto ocurriría si, por ejemplo, deseas casarte con una persona a la que quieres, pero el día de la boda la respuesta de estrés es excesiva y tu cerebro decide que la mejor opción es huir, alejándote así de tu objetivo de casarte sin que tú lo hayas escogido.  Además, otro factor importante es que estos mecanismos de protección siempre suponen un desgaste importante para el organismo y no se pueden mantener durante mucho tiempo. De hecho, si estamos estresados durante largos periodos de tiempo se pueden producir problemas físicos (dolores, aumento de la tensión arterial?), mentales (peor rendimiento, falta de memoria?), emocionales (irritabilidad, ansiedad, miedo, impaciencia?) y conductuales (accidentes, insomnio?) que pueden perjudicar gravemente nuestra salud. De esta manera, si todos los días en el trabajo nos sentimos estresados (tal y como le sucede a Pedro) es probable que la respuesta de estrés no sea adaptativa y se produzca alguno de estos problemas.   Un último aspecto interesante es que, al no tener una causa física, estos síntomas pueden provocar numerosas consultas a especialistas o ser minimizados hasta que aparezca una patología más grave. María es un ejemplo claro; ella ha realizado numerosas pruebas médicas y ha vuelto a casa sabiendo que su dolor de barriga no tiene causa médica y que se produce porque está estresada. Además, conviene considerar que si el estrés continuase se podría acabar generando una patología más importante como puede ser una úlcera estomacal.  Recapitulando ¿héroe o villano? Antes de nada, es importante resaltar de nuevo que el estrés es necesario para adaptarnos a los cambios que suceden constantemente en nuestra vida y también para sobrevivir como especie.   A lo largo del texto hemos visto que en nuestro día a día el estrés va cambiando de papel en función de las interpretaciones que nuestro cerebro haga de las situaciones potencialmente estresantes. Si nos fijamos en los ejemplos podemos ver que para Enrique la respuesta de estrés ha sido adaptativa, gracias a ella ha podido atender a la mujer que había sido atropellada y en cuanto la situación cesó, el estrés también lo hizo. En cambio, para María y para Pedro podemos ver que el estrés no está siendo tan adaptativo (el estrés está siendo un villano), provocando así diversos problemas en ellos como ansiedad o dolor estomacal.   Por lo tanto, que el estrés sea un héroe o un villano dependerá de si esta reacción nos ayuda a adaptarnos o no a la situación.   ¿Y qué podemos hacer?  Cuando el estrés esté ejerciendo de héroe, facilitando nuestra adaptación, nosotros tendremos que felicitarlo y agradecerle su labor; y cuando sea un villano que nos impida adaptarnos a una situación, podremos reducir sus efectos poniendo en marcha recursos de manejo del estrés que hayamos aprendido.   La gestión del estrés es una habilidad personal que poco a poco podemos adquirir y que influirá en la interpretación que haga nuestro cerebro ante las situaciones potencialmente estresantes. Cuantos más recursos de manejo del estrés se posean, más probabilidades de que el estrés sea el héroe de nuestra película.  Marta Davila Fernández  Psicóloga en Unidad Focus
Escrito por: Administrador Duacode
Administrador Duacode

1 Comentarios

  • indiba torrejon ardoz
    Has dado en el clavo con este articulo , realmente creo que este blog tiene mucho que decir en estos temas . Volveré pronto a vuestro blog para leer mucho más , gracias por esta información .
Código de verificación