El autismo, una mirada hacia atrás

Psicología

Desde el momento en el que se produce el nacimiento de una vida de un humano, da comienzo un proceso complejo de desarrollo global y progresivo de las diversas capacidades. En este camino pueden surgir una serie de alteraciones a las que vamos a llamar trastornos del neurodesarrollo.

Dentro de estos trastornos nos encontramos con el autismo.

¿A qué afecta el autismo?

El autismo afecta de forma resumida a la comunicación social, a la expresión de las emociones y se caracteriza por patrones repetitivos y alta sensibilidad sensorial.

Muy antiguamente, se creía que las personas con estos rasgos eran masa vacía de alma poseída por el diablo. Posteriormente, hubo un caso muy conocido que se llamó “el niño salvaje” cuyas peculiaridades eran similares al autismo, aunque hubo muchas controversias debido a que la causa real se asociaba más al previo aislamiento social que a una patología en sí.

También, se relacionó este término a personas con esquizofrenia o personas extremadamente reservadas. Oficialmente, se establecen las características y criterios diagnósticos en 1940, cuando Leo Kanner y Hans Aperger hicieron diferentes estudios, sacaron evidencias y unificaron la información hasta definir las bases del espectro autista. Sin embargo, ¿qué pasaba antes? ¿esto no existía?, la respuesta a estas preguntas podríamos generalizarla a otras patologías.

Las personas que tenían tales rasgos eran etiquetadas como “raros” “extraños” “peculiares” o infinidad de adjetivos que podríamos dar. Estos se adaptaban a las exigencias del mundo lo mejor que podían. Aun así, si fuéramos más atrás en el tiempo, probablemente habilidades como la capacidad de fijarse en los detalles o la capacidad de procesar información visual, podrían haber sido beneficiosas en ciertas actividades como la caza y haber sido crucial para la supervivencia y adaptación de la especie. Por lo que, todo esto nos ayuda a comprender cómo el autismo puede haber surgido como parte de la diversidad natural
de la especie humana.

¿Qué sabemos hasta ahora de la etiología del autismo?

Lo que sabemos hasta el momento sobre la etiología del autismo es que existe una clara influencia de la combinación de diferentes factores genéticos, ambientales o neurobiológicos. Por ejemplo, complicaciones prenatales, problemas durante el parto, herencia familiar, etc. Con el desarrollo de la teoría del apego de John Bowlby, se planteó la hipótesis de que la temprana separación de la madre o una falta de apego seguro podría influir negativamente en la aparición de síntomas del autismo. Durante las primeras etapas, aparece el instinto de establecer un vínculo afectivo que puede llegar a tener un impacto significativo en el desarrollo social, emocional y cognitivo a lo largo de la vida. Estos sucesos son importantes tenerlos en cuenta de cara a la evaluación exhaustiva que se realiza tanto con el sujeto como a los familiares, aunque existe una falta de solidez científica para poder asegurar este factor como único, esencial o imprescindible para desarrollo complejo de este trastorno.

¿Por qué ahora hay más casos?

La prevalencia del autismo ha aumentado en los últimos años, se estima que aproximadamente 1 de cada 100 españoles podría ser diagnosticado con este trastorno. Este incremento se debe a que en la actualidad tenemos más conocimiento sobre esta patología debido a las investigaciones realizadas. Además, se han ido modificando criterios diagnósticos para mejorar la precisión de las evaluaciones siendo cada vez más inclusivos. Hasta hace poco tiempo, se encontraba dentro de los trastornos generales del desarrollo y no como una categoría única.

Por lo tanto, entraban en el mismo diagnóstico, tea, discapacidad intelectual y trastorno del lenguaje, cuyas características se ha demostrado que no son requisitos ni componentes esenciales para el reconocimiento de tea. Asimismo, se han elaborado más herramientas diagnósticas y existe una prevención importante gracias a la atención temprana. Sin embargo, aún queda mucho camino que recorrer, ya que, al definirse como trastorno del espectro autista, cada vez se presentan más personas con una variabilidad de rasgos por la intensidad o por la combinación de síntomas. En conclusión, a pesar de haber habido un avance, es necesario continuar estableciendo una base firme y unos niveles claros dentro del espectro autista.

Escrito por: CM Unidad Focus
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