Con los años hemos necesitado ampliar nuestras áreas de especialidad tratando por un lado a pacientes en la edad infantil, y a sus padres (terapia familiar) y por otro lado a todos los trastornos más comunes que acompañan al TDAH como son los trastornos del neurodesarrollo (aprendizaje, autismo y lenguaje), los trastornos de la conducta disruptiva (negativista desafiante, explosivo intermitente y disocial) y los trastornos relacionados con trauma y daño emocional que se generan al vivir toda una vida con un TDAH sin diagnosticar.